Nos mueve el gusto por el buen gusto
Ser avícola artesano, así de simple, es saber encontrar, escuchar, degustar, elegir, transformar y sostener el fruto del talento ajeno. No hay nada tan apasionante como escuchar a nuestros criadores locales, a quienes elegimos porque les mueve el gusto por el buen gusto.
Pollos, pintadas, pichones, codornices, patos, conejos… No seríamos los mismos sin el talento de estos criadores que comparten la misma ambición por presentarle unas aves capaces de acariciar sus papilas gustativas o las de sus clientes. La cocina comienza mucho antes de llegar a los fogones…
Ser avícola artesano, simple y llanamente, significa adaptarse a las estaciones y al ritmo de nuestros criadores, pero también a las condiciones o preferencias de nuestros clientes: aves enteras, rellenas o sin rellenar, despiece clásico o más específico, deshuesado… Todo ello a mano.