Es así desde que tengo uso de razón. La paciencia y la pasión siempre me han parecido los ingredientes originales de nuestra casa.
Respetar los tiempos y la naturaleza, como un himno a la paciencia. Ofrecemos a todas nuestras aves la atención que merece un proceso de crecimiento lento. Es también esta paciencia la que nos permite brindar a los artistas culinarios un arpegio de sabores que estas características aves saben resaltar.
La receta de un buen resultado requiere tiempo, por supuesto, pero no basta solo con eso.
La experiencia y el compromiso de nuestros ganaderos: una oda a la pasión. Para descubrirlos, basta con recorrer el exuberante y ondulante paisaje de nuestro País Vasco y de nuestros vecinos, y conocer a las y los que gestionan sus granjas en una búsqueda incesante por la excelencia.
Justo aquí, donde nuestras aves se crían al aire libre y se alimentan con pienso 100 % vegetal, como el maíz integral (sin OMG), en granjas de tamaño limitado y razonable.